Se considera a esta obra maestra como la primera pintura del arte moderno. Fue realizada entre los años 1490 y 1510 y su contenido, imágenes y simbolismo es de los más enigmáticos que existen la historia del arte moderno. Realizada por el pintor holandés el Bosco. Se trata de una obra renacentista pera con gran influencia medieval. Lo renacentista viene posiblemente por su gran contenido teológico, el uso de la figura humana y la perspectiva. Se desconoce con precisión el año de realización de la obra, aunque la mayoría de los especialistas coincide en atribuirla a una época a los primeros períodos del pintor. Más allá de ello esta pintura fue destinada a Enrique III para que fuera ubicado en el Palacio Nassau.

Esta obra se trata de un óleo sobre tabla. En realidad, se trata de tres tablas, una central y dos laterales, que forman un tríptico de gran tamaño. Esta obra, este tríptico, presenta tres imágenes distintas que conforman una misma escena al estar abiertas. Cuando el tríptico se cierra, la imagen que se forma en las dos tablas hace referencia al tercer día en el que Dios creó al mundo. Se observa a la tierra cubierta en una especie de esfera de cristal, en la que se produce en destello de luz que proviene de Dios, retratado en una pequeña imagen a la izquierda.

Cuando el tríptico se abre tres escenas muy distintas pero relacionadas se despliegan. De izquierda a derecha estas son: “El jardín del Edén”, “El jardín de las delicias” y “el Infierno”. En “El jardín del Edén” se retrata a Dios (pero con la imagen de Jesucristo) que presenta a Adán y Eva entre ellos. No es la típica imagen bíblica, y muchos elementos de exotismo e incluso de agresividad y sexualidad ya se vislumbran como preludio a la próxima escena. En este jardín del Edén donde todo comienza y donde Adán y Eva se conocen se encuentra el árbol de la vida, la serpiente aparece merodeando y diferentes animales exóticos y mitológicos interactúan entre ellos cargando la imagen de simbolismo y alusiones al pecado que se avecina. Colores fuertes y contrastantes, la vegetación verde y el cielo azul dan un marco vibrante a esta escena maravillosa.

El jardín de las delicias” como obra central, como cuna del pecado, del salvajismo y libertinaje, repleta de figuras humanas, desnudas por toda la escena. Se entremezclan con animales haciendo alusión al salvajismo y descontrol. Esferas transparentes y conchas marinas contienen a las personas, como si el pecado las atrapara. 

Y por último en la tabla derecha, el infierno que espera. En una serie de colores mas oscuros, en donde se hace alusión directa a la música por la cantidad de instrumentos musicales, marcando la asociación del artista con el pecado. Aquí se muestran la opresión y los tormentos del infierno.

Esta obra de el Bosco es una pieza de arte, de historia y religión única y se encuentra preservada hoy en el Museo del Prado de Madrid.