Vasily Kandinsky (1866- 1944) fue uno de los mayores representantes del arte abstracto moderno. Su obra fue y es hasta el día de hoy atrayente y atrapante generando gran furor en muchas personas. Su obra se encuentra en los grandes museos de todo el mundo, especialmente en Moscú, Odessa, Munich y en Paris, los lugares donde vivió.

Kandinsky nació en Moscú en el año 1866 durante el imperio ruso. Vivió en Odessa, se formó como abogado y hasta ejerció como profesor de derecho romano. Fue recién a sus 30 años que comenzó a estudiar Bellas Artes en Munich, una edad avanzada comparativamente con el resto de los artistas. Al principio su estilo era más clásico y en sus obras se podían encontrar escenas típicas de la vida en Odessa, como el puerto. La guerra mundial lo hizo ir y volver entre Moscú y Munich, en donde de a poco fue encontrando su estilo tan personal y rodeándose de influencias clave y, su paso por la Bauhaus, hasta que esta fue cerrada por los nazis, fue fundamental en su historia. Desde allí hasta 1944, se radicó en Paris, ciudad que lo ayudó a definirse como artista abstracto moderno y que alberga hoy gran parte de sus obras. 

Kandinsky no inventó el arte abstracto, este como tal estuvo presente desde siempre, aun desde los antiguos Egipto y mismo desde la simbología mejicana o judía. El arte abstracto, aquel apuesto a lo real, a la forma concreta, lo indefinido, lo simbólico estuvo desde siempre. Pero fue recién a partir de los años 20, el arte abstracto fue cobrando amplitud y a la vez definición, y este fue el legado Kandinsky junto con sus magníficas obras.

El arte abstracto se define por el simbolismo, por estar aparte de lo concreto. El arte abstracto representa lo que no se puede representar. No busca representar algo, es el arte para el arte mismo, la perspectiva y la creatividad como protagonistas. Los cuadros sin títulos por ejemplo no llevan título porque son ellos en sí mismo. 

Kandinsky no fue el primer pintor de arte abstracto, pero lo que él aportó fue poder plasmar las reglas de lo que debe ser, y lo que no, una obra de arte abstracto. Todo esto quedó plasmado en: “Acerca del arte espiritual” en 1911. Allí sostuvo que se necesita una nueva expresión artística que deje de lado lo materialista para dejar lugar a lo espiritual, la expresividad, las emociones, las líneas y el color. Había mucho de hinduismo en su creencia, el artista debe responder a sus impulsos y creencias para creer. Esto no significaba hacer cualquier cosa, pero sí que surgiera de una reflexión profunda. El arte como poesía, un lenguaje luminoso, con elementos figurativos creados por el artista y no necesariamente reflejo de una realidad. Una visión única caracterizó a Kandinsky y su capacidad de plasmarla fue única.