Ana Tarsia, fue una reconocida artista argentina del siglo XX y considerada muchas veces surrealista, otras realista mágica y otras tantas perteneciente a un estilo onírico o hasta fantástico. Pero su tratamiento de la “realidad” trasciende muchas veces los cánones conocidos, siendo difícil encasillar su estilo en uno u otro movimiento. El dibujo y su ojo observador fueron su principal disparador de su obra, siempre caracterizada por una forma particular de observar y representar la realidad. 

Cuenta esta artista que uno de sus mayores recuerdos de su infancia tiene que ver con los largos paseos que realizaba junto con su padre y con su hermano, donde su padre fabulaba magnificas historias a partir de lo que veían y que ellos dos, pequeños, vivían como ciertas.  Tarcia vivió un mundo infantil donde lo real y lo irreal no eran una dicotomía, sino que se conjugaban entre sí, realidad y fantasía, dándole la sensación de que todo es posible y ampliando su mundo imaginativo y perceptual.

Por tal, lo que más interesa y llama la atención en la obra de esta artista el “clima” que recrea, un interjuego entre la realidad y la fantasía que remata con un sutil toque y percepción personal, campo fértil para lo no dicho y las posibles interpretaciones. Su ojo observaba en detalles típicamente cotidianos, representados con precisión casi matemática. Pero su ojo le daba una representación única, queriendo decir siempre algo que a veces rosaba lo metafísico y lo esotérico. Su obra pasó por dos etapas muy marcadas: una más oscura, realizada en lápiz y grafito, donde la ausencia del color era total. Imágenes más lúgubres, grises, angustiantes. Obras como: “Y demás deudos” (grafito, 1971), “Hombre abrigado” (grafito de 1973), “Arreglando las camas” (tinta, 1981). En la segunda etapa, aparece el color, quizás producto de vivencias personales que le permitieron resignificar su obra y su percepción de la realidad. “La espera” (lápiz a color, 1978) y “La soga, (lápiz color de 1980). En una época ya más moderna cerca del año 2000: “Desembarco”, “El baño” y “Tocando fondo”. 

Ana Tarsia nació en Buenos Aires en el año 1931, comenzó su formación artística desde joven en la Academia de Bellas Artes y junto a maestros como Demetrio Urruchúa y Juan Batlle terminó de encontrar su verdadera impronta y estilo personal. Expuso sus obras desde los años 50, tanto en muestras colectivas e individuales tanto en Argentina como en el exterior.